lunes, 15 de diciembre de 2014

El mundo...

   "Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto del cielo.
    A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un par de fueguitos.
   - El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente. un mar de fueguitos.
   Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende." (Galeano, E. "El libro de los abrazos")


   Cada niño y niña es un fueguito, es una persona diferente y por lo tanto hay que tratarlos de forma individual y atender a sus propias necesidades. Porque algun niño o niña sea mas "revoltoso" no hay que castigarlo, previo hay que buscar que ha incidido en esa actitud y a raiz de ahí resolver la problemática mediante herramientas de convivencia.

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